La agricultura industrial ha sido una forma confiable de producir grandes cantidades de alimentos a un costo relativamente bajo, sin embargo, en las últimas décadas diversos estudios han revelado que ambientalmente no es rentable por las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en toda la cadena de producción, lo que contribuye al cambio climático.
Entre los impactos conocidos de la agricultura convencional es que puede contaminar el agua, el aire y el suelo, existen reportes que esto tiene un costo ambiental equivalente a unos 3 billones de dólares cada año.
Además, el uso de productos químicos y antimicrobianos puede tener efectos adversos para la salud y provocar infecciones resistentes. Adicionalmente, gracias a nuestros hábitos de producción y consumo, este sector se ha relacionado con la aparición de enfermedades zoonóticas, como el COVID-19.
Por otro lado, se encuentran otros tipos de agricultura que son más sostenibles, los cuales pueden ayudar a reducir nuestra huella ambiental, mejorar nuestra salud e incluso crear empleos.
La agricultura sostenible es aquella que satisface las necesidades de las generaciones actuales y futuras, garantizando al mismo tiempo la rentabilidad, la salud ambiental y la equidad social y económica mientras que se producen alimentos saludables. En este tipo de agricultura se favorece las técnicas que emulan los procesos naturales para preservar la fertilidad del suelo, prevenir la contaminación del agua y proteger la biodiversidad. También es una forma de apoyar el logro de metas globales, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Hambre Cero.
La agricultura sostenible puede marcar una diferencia importante dado que utiliza hasta 56% menos energía por unidad de cultivos producidos, genera 64% menos emisiones de gases de efecto invernadero por hectárea y mantiene mayores niveles de biodiversidad que la agricultura convencional.
Por lo anterior, es importante que como consumidores tomemos en cuenta nuestras elecciones dietéticas, ya que afectan el medio ambiente o incluso a nuestra propia salud, siendo fundamental informarnos y tomar acción sobre la parte que nos corresponde para lograr el cambio que queremos ver en el mundo.
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